El trastorno obsesivo-compulsivo

El TOC es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por pensamientos, imágenes o impulsos perturbadores que aparecen de forma recurrente y no desaparecen por muchos esfuerzos que se hagan para ello.

Estos pensamientos, imágenes o impulsos vienen acompañados de ansiedad, miedo, disgusto y se viven como exagerados o sin sentido y en muchas ocasiones como repugnantes, estas ideas tienen mucha fuerza por lo que hacen dudar a la persona respecto a sí misma y su capacidad de control.

La persona para reducir la ansiedad que le producen sus obsesiones desarrolla conductas repetitivas y estereotipadas que no tienen ningún fin en si mismas y que no siempre están relacionadas con la obsesión. Estos rituales conductuales reducen la ansiedad de forma inmediata pero a muy corto plazo las obsesiones vuelven a aparecer.

Adicciones

Una adicción supone una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la persona. 

A diferencia de los simples hábitos, las adicciones son dependencias que traen consigo graves consecuencias al adicto. Estas consecuencias afectan negativamente la vida personal y social del individuo y su salud (física y mental), así como limita la capacidad de funcionar de manera efectiva.

 El adicto no controla su adicción, sino que vive en función de ésta: este es el eje y el condicionante de toda su rutina; si trata de salir repentinamente de esta rutina, se ve afectado por problemas de ansiedad y, por lo general, vuelve a caer en el consumo de su adicción.

En la actualidad se acepta como adicción cualquier actividad que el individuo sea incapaz de controlar, que lo lleve a conductas compulsivas y perjudique su calidad de vida, como lo pueden ser la adicción a tóxicos (drogas y alcohol), al sexo, al juego (ludopatía), a la pornografía, a la televisión, a las nuevas tecnologías (tecnofilia), al móvil (nomofobia), etc.  

El enfoque para su abordaje es bio-psico-social e implica de forma directa a la familia.