Trastorno por déficit de Atención e Hiperactidad

Los niños y adolescentes con este Trastorno se caracterizan por presentar:

- Falta de atención (escasa concentración, dificultad para el mantenimiento sostenido del esfuerzo, dificultades en la memorización,  incumplimiento de normas, olvidos recurrentes, descuidos, distracciones constantes, desorganización, escaso o nulo control del tiempo, etc.)

- Hiperactividad-Impulsividad (excesiva actividad motora, problemas de relación social, inmadurez, dificultades para seguir las reglas, esperar turno, comportamiento disruptivo, etc.)

Toda esta sintomatología suele dar lugar a problemas en la adaptación escolar y el rendimiento académico, además de generar una dinámica familiar tensa y difícil y dificultar las relaciones sociales, tanto del niño/a-adolescente como de la propia familia con su entorno.

Para abordar estas dificultades es imprescindible realizar en primer lugar un diagnóstico en profundidad donde se descarten otros posibles problemas que pudieran dar lugar a síntomas similares; se ha de proporcionar al entorno directo, padres y maestros, asesoramiento sobre el problema, y desarrollar a partir de ahí un trabajo conjunto con la intervención de tipo psicológico y psicopedagógico específicamente adaptada a la situación y necesidades del niño/a y la familia. Proporcionando además al centro educativo las recomendaciones pertinentes para la integración y mejora del rendimiento escolar del niño/adolescente.

Problemas de Conducta

Los Trastornos de Conducta son un grupo de problemas emocionales. Se trata de las llamadas conductas desafiantes y conductas antisociales.

Los niños y adolescentes que sufren estos desordenes tienen mucha dificultad en seguir las reglas y tener un comportamiento socialmente aceptable.

Los que presentan un Trastorno negativista-desafiante manifiestan algunas de las siguientes conductas: se encolerizan, discuten y tienen rabietas en exceso y por motivos mínimos; se muestran hostiles y desafiantes ante la autoridad (padres, profesores, etc.), se resisten a cumplir las órdenes, molestan deliberadamente a otras personas y son muy susceptibles.

Respecto al Trastorno Disocial, las conductas manifiestas son de mayor gravedad y suele aparecer ya en la adolescencia o pre adolescencia: acosan e intimidan a los demás, manifestando conductas agresivas que causan daño físico, se escapan de casa, dejan de asistir a clase cuando les parece, mienten, roban, dañan o se apropian de la propiedad ajena, etc.

Generalmente bajo estos comportamientos hay una baja autoestima, una lucha por autoafirmarse, y un exceso de tensión o angustia; suelen presentar baja tolerancia a la frustración y un déficit de habilidades de comunicación y empatía.